La formación Rías Baixas ha conseguido colaborar con las principales orquestas sinfónicas de la comunidad

Los amantes de la lírica tendrá la oportunidad de ver el 4 de noviembre la ópera Macbeth, de Verdi, en versión representada. Junto a los solistas contratados para la ocasión y a la Orquesta Sinfónica Vigo 430, estará el coro Rías Baixas, que dirige desde su fundación hace cinco años Bruno Díaz. Será la primera entrega del ciclo de otoño que organiza la asociación viguesa Amigos de la Ópera.

-¿Que supone para el coro participar en la ópera Macbeth?

-Desde el primer fin de semana de julio estamos trabajando en esta ópera. Para esta ocasión vienen muchas personas a reforzarnos de forma desinteresada. Casi podríamos definir la formación que mostraremos para esta ópera como un coro metropolitano porque hay participantes de quince municipios de la provincia, e incluso gente que viene de A Coruña. Cuando vemos esto, pensamos que sería bueno tener cierta financiación para, por lo menos, pagarles los gastos a esta gente que nos ayuda de forma desinteresada.

-¿Es representada esta versión?

-Sí, es la única ópera que haremos esta temporada, pero hay que recordar que solo se hacen en toda Galicia dos óperas representadas al cabo del año de manera estable. Participar en ella, para nosotros es lo máximo.

-¿Se plantean nuevos objetivos para esta nueva temporada?

-En líneas generales creo que lo más importante es haber entrado en la programación de la Sociedad Filarmónica de Vigo, que tiene más de cien años. Este tipo de sociedades suelen contar con agrupaciones profesionales y, el hecho de que un coro se meta en su programación es un enorme éxito. No lo imaginábamos cuando empezamos hace cinco años, porque vamos a compartir cartelería con grupos de cámara de orquestas profesionales de distintos países.

-¿Presenta cambios la formación para este año?

-Tras los primeros cinco años de vida, el coro está viendo de qué manera se enfoca asumir retos que sobrepasan el ámbito de un coro de cámara. Por ejemplo, para el Réquiem fuimos 30 personas y, para la ópera Macbeth, iremos 55. Esto nos hace pensar que hay una buena simbiosis tanto con la Orquesta Vigo 430 como con Amigos de la Ópera que puede generar no una programación propia, pero sí una colaboración estable con entidades que tienen programaciones estables. Si lográsemos eso, estaríamos configurando un coro de dimensiones interesantes para abordar un repertorio que desde el coro de cámara no se puede asumir.

-¿Cómo será la colaboración con Vigo 430?

-Este año haremos Gloria, de Vivaldi, que es el segundo de los grandes hitos que tenemos en nuestro quinto aniversario. Es la tercera vez, de forma consecutiva, que entramos en su programación. En este caso, será con la orquesta barroca, que es la única de estas características en Galicia. Nos obligará a cantar de una manera concreta para hacer una versión historicista, pero es un aliciente porque son pocas las oportunidades de cantar con orquesta; de hecho, somos el único coro que entra en su programación.

-¿Han tenido relación con las otras orquestas gallegas?

-Nosotros somos el primer coro en Galicia que ha cantado con las cuatro orquestas gallegas, es decir, con la Filharmonía, la Sinfónica Cámara Galega y Vigo 430. Todo esto lo hemos logrado en tan solo cinco años de vida.

-¿Es inviable la profesionalización del coro?

-No creo que sea imposible pero tampoco depende de mí. La profesionalización podría llegar a través de la institucionalización, pero nosotros hacemos un trabajo profesional. Me refiero a la posibilidad de que los componentes pudiesen cobrar sus nóminas para dedicarse absolutamente a esta tarea. Pero, ¿cuántos circuitos hay para asumir los gastos de las nóminas y el alquiler del local de ensayo? Ahora, eso solo sería posible a través de la aportación de una empresa o una institución pública.

-¿Cuál fue el mayor logro de la formación la temporada pasada?

-Creo que fue poder hacer tres veces el Réquiem, de Mozart. Por otro lado, realizamos una importante aportación a la cultura gallega con el estreno de las Cantigas, de Martín Códax. No había ninguna obra que englobara desde el punto de vista coral las siete cantigas.

-¿Es difícil salir al exterior de Galicia?

-La parte artística no depende del dinero porque la exigencia nuestra es máxima, teniendo en cuenta que todos tenemos otros trabajos. Yo tengo que sacarle el máximo rendimiento a los mimbres que tengo. Por ejemplo, ahora para Amigos de la Ópera, vienen directores profesionales y solistas profesionales, tienen una carga de trabajo que les permite quedarse trabajando hasta la madrugada, pero los nuestros no, porque al día siguiente tienen que trabajar. No se puede exigir lo mismo a unos y a otros.

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